Una buena respiración es equivalente de buena salud porque por medio de ella el oxígeno llega a todas las partes del organismo proporcionándole la nutrición necesaria.
Los hábitos malos de respiración que hemos adquirido son consecuencia de la vida cotidiana, el sedentarismo, la falta de tiempo para desarrollar ejercicios aeróbicos, el estres y la mala alimentación influyen en una mala respiración. También la ropa que usamos con mucho nylon que no deja pasar el oxígeno a la piel, y toda aquella que perjudica la buena oxigenación del cuerpo.
El oxígeno que entra a los pulmones en cada inspiración, realiza la tarea de purificar la sangre venosa, convirtiéndola en arterial, que es la que luego lleva al cuerpo la alimentación necesaria. Por ello una oxigenación defectuosa, lleva consigo varios trastornos a nivel corporal, debido a la falta de alimentación sanguínea, originando una pérdida de vitalidad, y una intoxicación del organismo ante una pobre combustión de las impurezas acumuladas por la sangre venosa. También la mala respiración deja inactiva grandes zonas de los pulmones y hace un debilitamiento de los mismo y una puerta abierta a enfermedades de tipo pulmonar y/o bronquial (bronquitis, pulmonía, neumonía, tuberculosis, entre otras).
Es necesario desarrollar las actividades en lugares no totalmente cerrados, sino con alguna ventana al exterior un poco abierta, para que permita la circulación de aire, lo mismo por la noche los dormitorios, dejar alguna ventana o ventiluz unos cinco cms abierto y no tener plantas, ya que éstas liberan anhidrido carbónico y absorben oxígeno, enrareciendo al ambiente y dificultando una buena respiración de quien descansa allí.
La buena respiración se realiza por la nariz y no por la boca. Al inspirar profundamente deben estirarse las paredes laterales del tórax, tratando que los hombros no se eleven,; llevando de esa manera aire a la parte baja de los pulmones y a medida que seguimos inspirando se van llenando las cavidades superiores pulmonares, vigorizando todas las células y tejidos.
Un buen ejercicio de respiración es aconsejable al levantarse y al acostarse, consistiendo en:
- Realizar diez inspiraciones profundas, reteniendo el aire y tardando en exhalar el doble del tiempo que tardamos en inspirarlo.
Para cerciorarce que esta bien realizado, parese frente a un espejo con las manos en jarra sobre la parte inferior de la cavidad toraxica y sienta como se infla el estomago, siempre sin elevar los hombros y sin forzar el ritmo respiratorio, sino acompañarlo en cada movimiento.
Si convertimos esta pauta en nuestra manera natural de hacerlo, obtendremos los siguientes beneficios para nuestra salud:
RESPIRAR BIEN Y PROFUNDO ES
TENER UNA VIDA MAS SALUDABLE